Es tal el cúmulo de sensaciones que me va a ser dificil plasmarlo, pero lo intentaré.
No tenía mucha confianza en mis posibilides porque, a pesar de llevar dos semanas seguidas batiendo mis marcas (al final se ha cumplido el refrán: no hay dos sin tres), tenía un poco de miedo por la distancia ya que por unos motivos u otros nunca había pasado de 22km por lo que a partir de ese momento todo sería una aventura para mí.
Comenzó la mañana muy temprano pero se pasó todo muy rápido, fuimos en autocar y sobre las 7:30 ya estábamos en Cibeles por lo que tuve tiempo de conversar con compañeros de mi club, acudí a la quedada bloguera, también ví a algún novato y a los compañeros de forofos del running, vamos un stress, ja ja ja, pero encantado de veros a todos y con el pesar de que siempre es poco tiempo.
Mi intención era hacer en torno a 4h o al menos empezar con ese ritmo (5'40'') y luego a lo que saliera dependiendo de las fuerzas por lo que nos fuimos a la salida Jan, Salsi y yo porque teníamos parecidas intenciones.
No calenté, me daba miedo perder energías y lo pagué en los primeros kilómetros: piernas pesadas y tibiales cargadísimos, Jan se fue en torno al kilómetro 3, estaba muy fuerte y yo no podía aguantar su ritmo, de hecho se me durmieron ambos pies por lo que creía que no iba a poder continuar. Pasada la Plaza de Castilla hice una parada para hacer una cosa que no se debe hacer en un arbol pero las circunstancias........ y aquí empezó mi carrera, los tibiales mejoraron, sentía los pies y comencé a disfrutar junto a Salsi de Madrid, de sus calles y gentes, y, por supuesto, de la carrera.
Bajamos un poco el ritmo, entre 5'52'' y entramos en la fase más bonita del maratón, por las calles más céntricas de Madrid, la gente animando, gaiteros, bandas de música, .... nos iban llevando en volandas.
En el 18, a la altura de la calle Mayor, adelantamos a Jan muy afectado por el calor (lo siento tío, te lo has currado mogollón pero este Mapoma nos tenía preparada esa sorpresa) y me dijo que iba a parar. En la media nos encontramos con una máquina, Rafa, una máquina como corredor, pero, sobre todo, como persona.
A partir de aquí comienza lo más duro del maratón, mucho calor, avenidas sin animación, entrada en la casa de campo, me separo de Salsi que va muy bien y me da su apoyo José Luis, gracias tío, las pulsaciones que me dan un toque de atención y bajo el ritmo a 6'08'' (de aquí en adelante lo sigo bajando hasta el final) recuperándome perfectamente y dándome cuenta que, salvo algún imprevisto, lo iba a acabar.
A partir del kilómetro 30 no paro de adelantar gente, cogí un ritmo de crucero, lento pero a la vez cómodo, con el que no tuve que parar, ni andar, en ninguna de las cuestas que nos esperaban hasta el final. Lo malo es que para entonces las piernas iban tocadas, la moral muy alta eso sí, y, cada dos por tres tenía que variar la trayectoria para adelantar a corredores que iban andando, eso me venía fatal. Daba ánimos a mucha gente que la veía tocada, incluidos compañeros de foros y blogs, pero yo ya sabía que iba a llegar, tenía que hacerlo, no podía parar, si lo hacía, me iba a costar mucho arrancar.
Estos últimos kilómetros fueron una sucesión de sensaciones .....
Por fin diviso la Puerta de Alcalá, más bonita que nunca y entrada al retiro, subidón de adrelanina, meto un cambio de ritmo, si, un cambio, no me lo creía ni yo, alargo la zancada y los últimos 900m a un ritmo de 5'11', pletórico, levantando los brazos y con la satisfacción de haberlo acabado.
Tiempo final 4h27'57'' a 147ppm (80% FCM)
Gracias a todos los que me habéis ayudado a cumplir este sueño, a todos, y muchas gracias en especial porque lo han hecho muy directamente a Salsi, José Luis y Jose (mister), cada uno sabéis porqué.
Imagen cedida por www.clubatletismovaldemoro.com
Gracias a todos los que me habéis ayudado a cumplir este sueño, a todos, y muchas gracias en especial porque lo han hecho muy directamente a Salsi, José Luis y Jose (mister), cada uno sabéis porqué.
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